06 febrero 2012

MANTENER VIVA LA ESPERANZA

Quienes se incorporan a la lucha por una nueva sociedad, donde exista vida digna, libertad y justicia, y quienes perseveran en su esfuerzo por lograr una humanidad libre de guerras, opresión y exclusión, lo hacen porque son sensibles al dolor y al sufrimiento y porque mantienen viva la esperanza de un futuro mejor, de dignidad, igualdad y felicidad.


Sin embargo, existe también mucha gente que, al observar la pobreza, las injusticias y el espiral de violencia que no cesa, ha perdido la esperanza de un cambio y vive paralizada en medio de la desilusión al ver que las autoridades públicas más que resolver tales situaciones solo se enriquecen a costa del pueblo y están con frecuencia al servicio de los poderosos.

¿En qué lugar te ubicas tú? ¿Entre quienes mantienen viva la esperanza o del lado de quienes la han perdido? ¿Estás entre los que permanecen pasivos y han reducido su labor a trabajar por su propia sobrevivencia y la de su familia? ¿O junto a quienes sin dejar de asumir su responsabilidad de apoyar o mantener a su familia, también participan en las luchas sociales hacia un futuro mejor para todo el pueblo? ¿Dónde estás tú? ¿Entre los que, en medio de las situaciones dramáticas de violencia e injusticia que hay en el mundo, han perdido la esperanza? ¿O  del lado de aquellos que, a pesar de que existen motivos para la desilusión, siguen luchando en organizaciones ciudadanas con la esperanza viva de que se lograrán transformaciones sociales que realmente beneficien a los excluidos?

Los seres humanos, al vivir dentro de la historia, tenemos la capacidad de permanecer abiertos al futuro. De ahí que podemos definir ideales, valores, principios, objetivos y metas que nos lleven a realizar esa vida nueva que anhelamos.  ¿Quién no desea ni espera que las cosas cambien, que sean mejores y que llegue pronto un futuro de paz, justicia y vida digna para todos? Si la imperfección es parte integrante de nuestra condición humana, también lo es el anhelo de construir mejores condiciones de vida. A lo largo de la historia, los luchadores sociales, héroes, profetas y mártires, muchos de ellos anónimos, han dado su vida por una nueva sociedad porque se negaron a tolerar y a aceptar la reproducción intergeneracional del sufrimiento de multitudes pisoteadas en su derecho a vivir en condiciones nuevas de justicia y dignidad.  

Ante la situación actual que vivimos tenemos el desafío de hacer frente a la desilusión. La esperanza sostiene, impulsa, estimula y dinamiza hacia adelante, hacia el logro de las transformaciones necesarias y hacia la construcción de estructuras sociales, leyes y mecanismos que garanticen la vida, la libertad, la justicia y paz dignas. No podemos seguir pactando con el presente desolador que mata y margina a la mayoría de la gente.

Es parte de nuestra autenticidad como personas el indignarnos, el protestar y el resistir ante las situaciones ya intolerables de exclusión que los poderes públicos imponen a la población, generación tras generación, con promesas engañosas, dando sólo migajas y “atole con el dedo”. Tenemos la misión de generar una imaginación creadora de una sociedad y un mundo nuevos, diseñando caminos nuevos de lucha colectiva, manteniendo viva la esperanza, integrándonos a redes de organizaciones civiles a nivel local, nacional e internacional. Todo sea por la vida, libertad y justicia, por una paz digna. ¿Acaso no encontrarás en este camino de entrega generosa un verdadero sentido a tu existencia en este mundo?


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